Las compañías aéreas están comprometidas con lograr un crecimiento sostenible y eficiente y se han marcado como objetivo alcanzar las emisiones netas cero en 2050. Se trata de un objetivo muy ambicioso, teniendo en cuenta que la aviación es uno de los sectores de más difícil descarbonización debido a la falta de tecnología capaz de hacer volar un avión propulsado por energía renovable o eléctrico.

Para cumplir el objetivo de emisiones netas cero en 2050, es clave el esfuerzo coordinado de toda la industria aérea (compañías aéreas, aeropuertos, proveedores de navegación aérea y fabricantes) y el apoyo de las administraciones.

En este sentido, ALA es miembro de la Alianza para la Sostenibilidad del Transporte Aéreo, un mecanismo de colaboración que integra a los principales agentes del sector empresarial, académico y ONGs para dar respuesta al mayor reto presente y futuro de la aviación, la sostenibilidad. Esta unión nace con el objetivo de impulsar la ruta para la descarbonización del sector aéreo, promoviendo el desarrollo de una aviación sostenible tanto desde la perspectiva medioambiental, como económica y social.

Entre los objetivos de esta Alianza está la de favorecer la identificación y la implantación de nuevas tecnologías y procesos innovadores de forma racional y ordenada para garantizar la sostenibilidad del sector aéreo a largo plazo.

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QUÉ ESTAMOS HACIENDO: NUESTRA HOJA DE RUTA

El sector aéreo se ha marcado una hoja de ruta con una combinación de medidas para avanzar en su descarbonización. Entre ellas:

Innovaciones tecnológicas

El sector aéreo está apostando por el desarrollo de soluciones tecnológicas que permitan la propulsión alternativa al queroseno a través del hidrógeno y la electricidad. Pero el avión híbrido y eléctrico serán realidad en el largo plazo

Combustible Sostenible SAF

Mientras llega esa solución híbrida y eléctrica, las compañías aéreas están comprometidas a operar con combustibles sostenibles o SAF (por sus siglas en inglés), una tecnología que ya existe y que permite ahorrar más de un 80% de las emisiones de CO2 durante el ciclo de vida. Esta solución tecnológica ya existe y está siendo utilizada por algunas compañías aéreas, pero su producción es todavía escasa. Antes de la pandemia apenas representaba el 0,1% del combustible total, y además su precio es entre 3 y 4 veces superior al del queroseno convencional. Para que se implemente con éxito es necesario que la Administración estimule su producción con incentivos o estableciendo subvenciones para favorecer su consumo.

Mejoras operativas y de las infraestructuras

Continuar mejorando la eficiencia de las operaciones para reducir el consumo de combustible y, por tanto, de emisiones, es otro de los pilares en los que trabaja la industria. El objetivo es optimizar el consumo de combustible, desde la planificación de las rutas para mejorar su eficiencia, hasta durante las diferentes fases del vuelo: desde el arranque y maniobras en tierra, hasta en el despegue, además de en la fase de vuelo manteniendo una velocidad óptima, o en la aproximación al aeropuerto con procedimientos más eficientes como el descenso continuado, además de en el aterrizaje y hasta su estacionamiento en aeropuerto.

También es clave la modernización del espacio aéreo para ganar en eficiencia. El sector aéreo aboga por la implementación del Cielo Único Europeo, comprometido hace más de 20 años por la Comisión Europea, que permitiría reducir hasta en un 10% las emisiones de CO2 de todos los vuelos en Europa al posibilitar vuelos más directos y más cortos.

Medidas de mercado

El sector aéreo está realizando un gran esfuerzo en el marco del sistema europeo del comercio de emisiones. Hasta la fecha es el único medio de transporte que está sujeto directamente a este régimen, por el que tiene obligaciones por las emisiones de sus vuelos entre aeropuertos del Espacio Económico Europeo.

Adopción del compromiso internacional Plan CORSIA, el primer esquema de ámbito global que cubre las emisiones de CO2 de un sector industrial. En virtud de CORSIA el sector aéreo en España está obligado a monitorizar y compensar desde 2021 las emisiones producidas en rutas internacionales cuyo origen y destino sea un Estado participante en este Plan. En la actualidad participan de forma voluntaria 81 Estados, que representan prácticamente el 77% del tráfico aéreo internacional.