ALA señala la necesidad de compartir responsabilidades entre las diferentes organizaciones causantes de las alteraciones aéreas
ALA, Asociación de Líneas Aéreas que aglutina 75 compañías aéreas que operan en España, ha señalado hoy, a las puertas de iniciarse la temporada de verano, la necesidad de que las diferentes organizaciones implicadas en el sector aéreo asuman su responsabilidad en los retrasos o cancelaciones y se repartan los costes de compensaciones entre los diferentes responsables, ya sean los gestores aeroportuarios o de navegación aérea, las compañías aéreas, así como terceros que alteran la operativa estándar. En rueda de prensa, la Asociación ha realizado hoy balance sobre la temporada de invierno 2018 y los principales retos del sector de cara a un verano 2019 donde se espera un aumento de capacidad.
Balance de la temporada de invierno 2018-2019
El tráfico aéreo creció en España un 7,1% en la temporada de invierno. A pesar de que continua siendo un crecimiento saludable, es una cifra menor a los crecimientos obtenidos en temporadas anteriores (siendo de un 9,1% en invierno de 2017-2018). A pesar de estos datos, “las compañías aéreas hemos hecho un esfuerzo importante en ir año a año reduciendo la estacionalidad del tráfico aéreo en España”, ha señalado Javier Gándara, presidente de ALA. Este esfuerzo se ha trasladado en que de una ratio de 1.68 de asientos ofertados en temporada alta frente a la baja en 2014 se ha pasado a una ratio prevista de 1.48 en 2019, dato más alineado con la media europea (1.40).
En paralelo, el número de pasajeros transportados durante el invierno ha sido de 68 millones.
La puntualidad es uno de los grandes retos de las aerolíneas a lo largo del año. Esta temporada de invierno, la puntualidad media (salidas entre la hora prevista y los 14 minutos posteriores) de los 25 aeropuertos principales de Europa ha sido del 79%, 16 puntos mejor que la obtenida durante la temporada de verano. Además, los dos aeropuertos españoles principales, Madrid y Barcelona, se han situado por encima de la media, con una puntualidad del 87% y el 84% respectivamente.
Previsiones temporada de verano 2019
En un entorno de moderación del crecimiento en comparación con temporadas anteriores, las expectativas del incremento de la capacidad en España para este verano es de aproximadamente un 2,5%, en línea con el crecimiento esperado en el resto de Europa.
AÑO CRECIMIENTO
2016 10%
2017 8,1%
2018 4,6%
2019 2,5%
Con el verano a las puertas, y tras los datos del año pasado, Gándara ha advertido a que todo apunta a que el próximo verano será “complicado” en cuanto a la congestión del espacio aéreo.
“Cabe recordar además que la posición geográfica de España la convierte en uno de los países más vulnerables de cara a sufrir las consecuencias de la congestión del espacio aéreo, ya que cualquier alteración operativa en el centro de Europa provoca de forma inevitable que los vuelos hacia/desde España se vean afectados”, ha matizado el presidente de ALA.
Compartir responsabilidades entre las organizaciones
Las compañías aéreas han asumido este nuevo entorno de congestión como la nueva normalidad y “seguimos poniendo muchos medios para evitar y/o mitigar el impacto de las alteraciones sobre los pasajeros”, ha señalado el presidente de ALA. Entre las medidas que las aerolíneas están aplicando para evitar retrasos y cancelaciones se encuentran un incremento del número de aviones y tripulaciones en standby de las que hacer uso en caso de necesidad; un incremento de los tiempos de bloque a costa de reducir la utilización de los aviones. En los últimos 15 años el tiempo de bloque medio programado se ha incrementado un 3,9%.
Retrasos y cancelaciones, incluso por causas ajenas a las compañías, repercuten en las mismas a nivel económico. El Reglamento CE 261/2004 obliga a las aerolíneas a hacerse cargo de los pasajeros afectados por grandes retrasos y cancelaciones, incluso en caso de circunstancias extraordinarias fuera del control de la compañía aérea: en estos casos el pasajero tiene el derecho de asistencia incluyendo manutención y alojamiento, así como el derecho de reembolso o búsqueda de un transporte alternativo.
“Hasta la fecha, estos costes han sido íntegramente soportados por las compañías aéreas, a pesar de que en muchos casos las causas de las alteraciones fueran ajenas. Por este motivo, en el futuro desde las aerolíneas buscaremos una posible repercusión de al menos una parte de estos costes en aquellos que directamente hayan causado el retraso o la cancelación”, ha señalado Javier Gándara.