Las compañías aéreas programan 240 millones de asientos en España para este verano, un 13,5% más con respecto lo operado en el mismo período de 2023
- ALA reivindica el combustible sostenible, el Cielo Único Europeo y la intermodalidad para avanzar en la descarbonización frente a medidas que persiguen el decrecimiento del sector pero no descarbonizan, como el impuesto al queroseno y la supresión de vuelos cortos
- La Asociación de Líneas Aéreas hace un llamamiento a la UE para garantizar los sobrevuelos en Francia en los casos de huelga en el control aéreo galo
Madrid, 16 de abril de 2024. La Asociación de Líneas Aéreas (ALA), organización líder del sector en España con el 85% del tráfico aéreo, ha adelantado hoy las previsiones para esta temporada de verano, con una oferta de asientos prevista desde abril hasta octubre de 2024 de 240 millones, un 13,5% por encima de lo operado en la temporada de verano de 2023. Destacan algunas regiones, como es el caso de Canarias (14,1%), o el de Andalucía (14%), con incrementos por encima de la media, aunque prácticamente todas las regiones muestran unas perspectivas positivas.
Estas buenas previsiones y la evolución positiva del tráfico aéreo a lo largo de este año, anticipan la posibilidad de batir un nuevo récord de tráfico aéreo en nuestro país. Los datos para la temporada de verano invitan al optimismo y anticipan un año récord, continuando las perspectivas optimistas del primer trimestre del año, donde se ha registrado un crecimiento acumulado en el número de pasajeros del 13,2% respecto al año anterior.
“Las cifras de tráfico aéreo que venimos registrando en lo que llevamos de año y estas cifras que pronostican un muy buen verano constatan las ganas de los pasajeros de viajar y confiamos en superarnos en esta temporada estival”, ha señalado el presidente de ALA, Javier Gándara.
Aunque el horizonte se vislumbra con optimismo, hay incertidumbres que podrían condicionar la buena marcha del tráfico aéreo, empezando por la situación geopolítica después del ataque de Irán a Israel, que podría provocar un escalado del conflicto; la fluctuación del precio del combustible, ahora al alza; la evolución de la inflación o, en su caso, un deterioro de la situación económica.
Además, debe tenerse en cuenta algunos factores de riesgo que podrían alterar la buena marcha del tráfico aéreo en España. En concreto, y más en el escenario europeo, la temporada alta podría verse impactada por las huelgas en el control aéreo en Francia, que podrían provocar cancelaciones, retrasos y caídas en la puntualidad.
España es, después de Francia, el país más afectado por estas huelgas. En concreto, los continuos paros en el control aéreo galo a lo largo de 2023, con especial intensidad entre febrero y mayo, afectaron a casi el 4% de los vuelos en España. Casi 86.000 vuelos (85. 973 operaciones) han registrado algún tipo de retraso, o han sufrido cancelación, por el cese de actividad en el control aéreo francés, provocando una demora promedio de 24 minutos en cada vuelo. Para superar esta situación, Gándara ha recalcado la necesidad de que la CE exija a Francia que blinde los vuelos que cruzan el espacio aéreo francés para proteger a los pasajeros, que son los más perjudicados por las huelgas del control aéreo en Francia, y evitar las emisiones de CO2 adicionales que provoca esta situación.
Otro de los retos del sector aéreo, más en el medio y largo plazo, es la descarbonización de la aviación. Sobre esta cuestión, el presidente de ALA ha fiado esta transición al combustible sostenible (SAF), al desarrollo del Cielo Único Europeo y a la intermodalidad, frente a medidas contra el crecimiento de la aviación, como la supresión de vuelos cortos o un impuesto al queroseno de la aviación, que no sólo no descarbonizan, sino que van a debilitar a la industria, al turismo y, por tanto, a España y a Europa, que perderán competitividad frente a América, Asia, el Golfo, etc.
El máximo responsable de ALA ha apelado a la responsabilidad del Gobierno para configurar el mejor camino para conseguir la sostenibilidad ambiental salvaguardando la sostenibilidad económica y social, y eso pasa por incentivar el desarrollo de SAF. “No podemos perder la oportunidad de impulsar SAF, de lo contrario nos quedaremos en el furgón de cola en Europa. El SAF es una oportunidad de país, una oportunidad para la reconversión de nuestra industria, para garantizar un turismo sostenible, es una oportunidad para la economía circular, y para la España vaciada. No podemos, ni debemos, perder más tiempo, la apuesta debe hacerse ahora con incentivos que favorezcan escalar su producción”, ha recalcado.